jueves, 2 de abril de 2020


Cinco Gracias Espirituales que recibimos en la Adoración al Santísimo.
 La importancia de la adoración al Santísimo Sacramento - Divina ...


Es indudable que además de los favores que nos concede Jesús Sacramentado en cada Hora Santa que pasamos en su compañía solicitándole su ayuda en algún problema, también Él, sin que se lo pidamos nos da Cinco Gracias Espirituales, que son los frutos de nuestra presencia en la Capilla de Adoración Eucarística Perpetua, y son:
*  Santificación.- La forma más eficaz de crecer en Santidad es pasar tiempo con Jesús en el Santísimo Sacramento. Ciertamente conforme vamos amando a Jesús Vivo, cada día nuestro espíritu se va compenetrando con el de Jesús y nuestro corazón de piedra lo vamos cambiando por el de Él que es de Amor y Ternura.


*  Reparación.- Cada Hora Santa es un consuelo para el corazón de Jesús por aquellos que rehúsan acercarse a Él. La adoración es un gran acto de entrega que repara el mal que hay en el mundo. ¡Oh Jesús, conscientes de tu gran amor por nosotros te ofrecemos esta hora Santa en reparación por la ingratitud del mundo, que las espinas de la indiferencia que se clavan en tu corazón por obra de esta hora se conviertan en flores que arrullen con su perfume tu bendito corazón!.


*  Transformación.- Cada momento dedicado a estar frente el Señor profundiza nuestra unión con Cristo, somos transfigurados a su propia imagen con un esplendor cada vez más glorioso. Jesús recompensa la fe de todos los que vienen a El y hace brillar sobre cada persona su gloria bañando a cada uno con la luz de su belleza para que cada momento pasado ante su presencia eucarística, nuestra alma sea más gloriosa y más bella para el cielo.

*  Salvación.- Cuando Jesús ve nuestra fe al acercarnos al Santísimo Sacramento nos hace capaces de conocer la dulzura de su amor que excede a todo conocimiento, para que así podamos en el Reino de los Cielos gozar de su gloria.

*  Restauración.- En la Eucaristía, el mismo Jesús del Evangelio permanece con nosotros. Con nuestra fe le tocamos y Él Derrama su poder sanador sobre nosotros y el mundo entero. El puede convertir a los más grandes pecadores en los más grandes santos y sacar el mayor bien del más terrible mal. “El no viene para los que se creen justos ni para los sanos, sino para los pecadores y los enfermos porque no necesitan médico los que están fuertes!... El hijo del hombre ha venido a buscar y salvar lo que estaba perdido.



Hermanos, que sea la fe el resplandeciente estandarte que guíe nuestros espíritus a la gloriosa presencia de Jesús Sacramentado, alabémosle y adorémosle con la sincera humildad de nuestros corazones. Hagámoslo con fe, espontáneamente de la forma en que podamos sentir en nuestras almas el infinito amor que sentimos por Él; ya sea con una oración o con la sencilla plática del hijo ante el padre o en la lectura de cualquier libro o escrito que glorifique a Dios, a su Hijo y al Espíritu Santo, sobre todo con fe. Él sabe lo que queremos decirle y conoce que lo hacemos con fe y amor, por lo tanto no tratemos que nuestros pensamientos terrenales se impongan a nuestra sinceridad espiritual que es lo que mas aprecia el Señor.

Alabado y Adorado sea por siempre Jesús Sacramentado.

¡¡¡Viva Cristo Rey !!!


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